Solo sabía que cada segundo transcurrido en compañía de Bella únicamente iba a servir para aumentar el dolor que experimentaría mas tarde. Estaba llegando el día de hacer las cuentas, como un drogadicto con una reserva de drogas limitada. Mientras más tomara ahora, mas duro iba ser cuando se acabara.
Jacob. Libro: “Amanecer”
Si! Necesito de ti, pero ¿qué tanto puedo soportar estar a tu lado, si se que al final te tendré que dejar ir?
...ya me había pasado varias veces, sabía que siempre terminaba igual, y aún así yo estaba ahí esperando como un idiota, a que ella entrara en la cafetería.
Iban cinco veces que sucedía lo mismo, yo esperando, sin mas que hacer que jugar con mi pajilla del jugo que, por la ansiedad, no recordaba haber pedido, y sin embargo seguía esperando.
Había sacado la pajilla de mi vaso, ahora roto por la desesperación, jugaba con ella haciéndola girar con mis dedos, mientras recordaba.
Como olvidar aquel día tan bello, aquellos momentos tan perfectos, la chica mas bella de la clase, de cuya hermosura, increíblemente no me había percatado, hasta un día que voltee a verla desde mi lugar, la contemple anodadado viendo detalladamente sus ojos negros, su cabello lacio castaño, su carita de ángel bronceada, dorada, tan perfecta, su facciones, su nariz... etc.
En fin, la mas bella criatura, que hasta el momento había conocido. Debo admitir que no la adore desde el primer momento en que la vi, de hecho ni siquiera cuando no te que era bonita, tuvo que pasar algo mas...
Unos pasos que adoraba, y los cuales increíblemente, podía reconocer con facilidad pasaron al lado de la mesa de atrás. Mis pensamientos empezaron a volar en mi cabeza, mi respiración y mis latidos aumentaron, quizá por el momento o quizá por el pensamiento que se apodero de mi conciente: una hermosa carita con un, increíble, y perfectamente delineado, cuerpo de mujer.